Jornadas Botánicas P.M. Uribe-Echebarría

Conferencia inaugural, mesa redonda y comunicaciones científicas.

En la actualidad, la botánica vasca disfruta de un notable desarrollo. El grado de conocimiento que tenemos de la flora y vegetación vascas es alto. Desgraciadamente, no todas las regiones aledañas al País Vasco disfrutan de ese alto nivel de conocimiento botánico de su territorio. También merece ser resaltado el número de personas que, de una forma u otra, desde el mundo académico a los técnicos independientes, desde los profesionales a los apasionados voluntarios que dedican su tiempo libre a la botánica, trabajan para conocer y conservar la flora y vegetación vascas.

Esta elogiable situación tiene una larga tradición, que se remonta a más de dos siglos. El conocimiento científico de la botánica vasca arranca en la Ilustración, a finales del siglo XVIII. Continúa con altibajos durante el XIX y buena parte del XX. Es el último cuarto de este siglo cuando confluyen circunstancias y personas singulares a las que debemos la buena situación actual de la botánica vasca. Pedro Mª Uribe-Echebarría fue una de estas personas. En torno a él fueron aglutinándose hombres y mujeres que empezaban en la botánica y su influencia llega más allá del entorno del Museo de Ciencias Naturales y el Instituto Alavés de la Naturaleza, donde él desempeñó su actividad científica, a la Sociedad de Ciencias Aranzadi, donde también por aquella época empezaba a formarse un grupo de botánicos, o al Jardín Botánico de Olarizu, de mucho más reciente creación. Asimismo, en aquella época se consolidaba otro grupo de botánicos, en torno a la Facultad de Ciencias de la Universidad del País Vasco, también generador de importantes resultados. Están además iniciativas surgidas del movimiento asociacionista por aquellos momentos, como la Sociedad de Ciencias Naturales de Sestao, así como los profesionales independientes que sobre todo ya en el siglo XXI han surgido en relación con las políticas ambientales y la responsabilidad de conservación de la biodiversidad por parte de las instituciones vascas.

A punto de cumplirse ya el primer cuarto del siglo XXI, aparecen preguntas e inquietudes sobre el futuro de este panorama del que los botánicos vascos nos debemos sentir tan orgullosos. Hemos de preguntarnos sobre la continuidad de la labor ya hecha. Quedan grupos vegetales insuficientemente conocidos y también hay que proseguir completando y actualizando los mejor estudiados. Nos enfrentamos al reto de las épocas que se avecinan, nuevas tendencias sociales y nuevas tecnologías. Preocupa el porvenir de los herbarios, los archivos que respaldan las aseveraciones que hacemos los botánicos. Ante nuevas fuentes generadoras de información, como la ciencia ciudadana, necesitamos expertos para la verificación de los datos. Los botánicos vascos necesitamos de mayor coordinación y comunicación entre nosotros. Aunque tenemos en el País Vasco varias administraciones con atribuciones en medio ambiente y ciencia, nos falta una estructura que coordine la labor de los botánicos, evitando duplicidades y competencia, y organice una política científica en el campo de la botánica. Éstas son algunas de las cuestiones y reflexiones que deberíamos discutir en estas jornadas botánicas, para que el País Vasco continúe estando en la vanguardia de la botánica, y como la mejor forma de homenajear la figura y obra de Pedro Mª Uribe-Echebarría.

Imparten la conferencia inaugural: Patxi Heras y Marta Infante.