‘Mingainatu’

La instalación de Zaloa pretende ayudar en el fin de la jerarquización entre lenguas, de la dicotomía existente entre superioridad e inferioridad lingüísticas y de las consiguientes ideologías expansionistas y dominadoras que se generan. Todo ello a través del reconocimiento social de la igualdad y la dignidad de todas las lenguas y grupos lingüísticos. Este es el objetivo de una exposición que tiene como referencia el planteamiento teórico del conocido como ecolingüismo.

Mingainatu, que en euskera significa “lenguar”, tiene en cuenta el concepto de diversidad, pero aplicado, en este caso, a la lingüística. En especial a múltiples lenguas minorizadas que han sido recogidas mediante un proceso intercomunicativo. De esta forma, la artista apela a la ética lingüística entre los individuos de una sociedad y plantea las variables posibles entre conservar y cultivar. Conservar, en el caso lingüístico, supone salvar a un idioma en clave de patrimonio, pero también de folclorización. Cultivar, por su parte, permite un desarrollo variable, una evolución y una co evolución de la diversidad lingüísticas.

En el contexto actual, las iniciativas que abordan la sostenibilidad son frecuentes. No así aquellas que tratan este principio desde el punto de vista de la lingüística. Aunque primen las apelaciones desde la óptica medioambiental, la sostenibilidad es un concepto holístico que requiere una atención también desde la cultura y, en especial, de las lenguas, vehículo comunicativo entre individuos que está viviendo un momento trágico sin precedentes. La globalización ha acrecentado las diferencias entre lenguas predominantes y minorizadas, llevando a muchas de las segundas a desaparecer o ponerlas en gravísimo peligro de extinción. Al igual que se ha puesto especial hincapié en la salvaguarda de la fauna en peligro de extinción para no perder una biodiversidad que es necesaria, convendría hacer lo mismo en el caso lingüístico, ya que con cada lengua que desaparece se va una cultura y la diversidad se resiente seriamente.

Zaloa, consciente de ello, nos propone Mingainatu. Este trabajo ha sido posible gracias al apoyo de la Fundación Juan Celaya Letamendi Fundazioa y al comisariado de Gorka Basterretxea.

Zaloa Ipiña Bidaurrazaga (Bilbao, 1986) es una artista visual licenciada en Bellas Artes por la UPV/EHU y cuenta con un máster de grabado contemporáneo de la Fundación CIEC de A Coruña. Desde muy joven ha estado interesada por las problemáticas sociales, por lo que sus proyectos artísticos más recientes han tenido como punto de partida las imposibilidades personales que afectan a buena parte de la sociedad. Fruto de ello son sus intervenciones que utilizando la plástica poética desde una perspectiva personal y activa hablan del hábitat, la habitabilidad, la uniformidad cultural o los idiomas minorizados.
Desde sus primeras exposiciones colectivas en 2009 hasta la actualidad, Zaloa ha realizado numerosas muestras tanto de forma individual como con otros artistas. Sobre todo, en Euskal Herria, pero también en otras partes de la península. Destacan su última propuesta individual “Gorreri Bisuala” en el Centro Cultural Montehermoso en 2021 y en el Euskal Museoa de Bilbao en 2020 o “Zantzu onerako leihoak” en el CEART de Fuenlabrada (Madrid) en 2019. A pesar de su juventud, esta dilatada experiencia expositiva le ha permitido ser objeto de numerosas becas y premios.

Fuente: Zas Kultur