‘Lau Buru – Cuatro visiones’
- Exposiciones
‘Lau Buru – Cuatro visiones’.
Exposición compartida.
Florencio Alonso – Sara Ayesa – Laura MM – Anabel Quincoces.
Del 14 de Septiembre al 16 de Noviembre, 2023.
Zas Kultur Espazioa.
Plaza San Antón, 2.
Exposiciones temporales en Vitoria-Gasteiz///
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LAUBURU-CUATRO VISIONES- es una exposición colectiva que reúne a cuatro destacados artistas de los territorios históricos de Euskal Herría: Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra. Las/los artistas Anabel Quincoces, Laura MM, Sara Ayesa y Florencio Alonso presentan en Zas Kultur (Vitoria-Gasteiz, España) una serie de obras que cruzan múltiples lenguajes artísticos, desde la pintura hasta la fotografía, pasando por la instalación e incluso la creación de imágenes mediante inteligencia artificial. Un grupo de artistas visionarios, inmersos en procesos de creación constante que involucran reflexiones profundas y vigentes. En esta exposición retoman de manera audaz cuestionamientos en torno a diversas dicotomías como: lo natural y lo artificial, el ser humano y la máquina, la creación analógica y la creación digital o la fotografía y la pintura. A través de argumentos diversos, cada proyecto se establece con autonomía conceptual y coexisten en el mismo espacio, generando al mismo tiempo, una atmósfera que desafía las estructuras de pensamiento dominantes, las cuales a menudo nos impulsan a obtener lecturas rápidas y superficiales de las imágenes. Esta exposición se caracteriza por su profundo interés en explorar las formas y métodos para desentrañar lo desconocido y desarrollar nuevas perspectivas de interpretación.
Sabemos que las imágenes son un conjunto de símbolos connotativos susceptibles de interpretación y algunos de estos símbolos logran sobrevivir al paso del tiempo. El Lauburu es uno de ellos, siendo una cruz de extremidades curvilíneas que es todo un emblema de Euskal Herria y la cultura vasca, un símbolo del que se tiene registro desde mediados del siglo XVII ya que fue utilizado como ornamento popular y aun hoy sobreviven vestigios de ello, pero del cual se desconocen sus orígenes. Su nombre proviene de las palabras en euskera lau: cuatro y buru: cabeza. Este “cuatrisquel”, propone mediante cuatro visiones, una mirada hacia los territorios históricos de Euskal Herria, presentando los procesos creativos autóctonos de cuatro artistas. Una exposición colectiva que encuentra en este símbolo un espacio identitario para hacer convivir cuatro propuestas que lejos de mantenerse estáticas ofrecen proyectos de carácter procesual e intenciones atomizadas, en donde las formas de interpretación de las obras son más bien una Hidra de Lerna que genera un sinfín de cuestionamientos de carácter ecléctico como por ejemplo : ¿en realidad es posible crear una imagen nueva en la actualidad? o ¿es posible saber cuántas imágenes existen y circulan en el mundo actual?
Las obras reunidas en esta exposición proponen una escritura en el tiempo, una escritura aparente, una marca, que me hace pensar en que la arqueología del futuro en unos miles de años tratará de descifrar nuestra sociedad a través de las ruinas de imágenes similares. Me gusta pensar en ¿que hace que algo sobreviva al paso del tiempo?, un objeto, una estructura, un pensamiento, un símbolo, una obra de arte, alguna forma de vida, una imagen etc.…nos hemos empeñado en conservar estas cosas para ser vistas en un futuro. Lo que no sabemos es cuánto tiempo estaremos en la tierra o si todo este esfuerzo por conservar cosas tiene algún sentido. En este contexto es pertinente hablar de ruinas de todo tipo, como Gerar Wajcman decía “La ruina es el objeto más la memoria del objeto, el objeto consumido por su propia memoria”. Lau buru-cuatro visiones nos reta a mirar más allá de la superficie, nos insta a la introspección y a explorar la riqueza de significados que yace en las capas más profundas de las obras, un lugar en el que se trascienden las interpretaciones convencionales e invita a los espectadores a participar activamente en la creación de conexiones, especulaciones y teorías, que fomentan un pensamiento crítico y la disposición para adentrarse en un espacio metafísico…y quizás nunca salir de él.
En conjunto, esta exposición reúne obras que exploran y cuestionan per se el acto de “crear” planteando una pregunta común sobre el medio técnico utilizado en las obras, un lugar en donde la pintura recupera su espacio conceptual y va más allá de la mera representación. Estas imágenes permiten la construcción de modelos de pensamiento complejos que contrastan con las nuevas tecnologías, donde la inteligencia artificial emerge como una caja de pandora en el horizonte de la humanidad. En última instancia, esta exposición nos presenta imágenes que provocan más preguntas que certezas, como diría Deleuze, “cada época tiene la verdad que se merece”.
Texto por: Jesús Ramírez.
Fuente: Zas Kultur