‘Zona_20,50 m2_expositiva’

Con la exposición ‘Zona_20,50 m2_expositiva’ culmina Gaztearen Txokoa, una residencia artística puesta en marcha por Zas Kultur, con el apoyo del departamento de Juventud del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.

Esta residencia artística ha permitido desarrollar las propuestas de tres artistas jóvenes (Ariana Ruiz de Azua, Josune Grajales, Javier Larreina) en tres «cubículos» expositivos de Zas Kultur pensados específicamente para este proyecto. Durante cuatro semanas lxs artistas han trabajado, experimentado y reflexionado in situ con múltiples materiales e intervenciones.

En Gaztearen Txokoa #2 la experimentación con materiales es una parte fundamental del proceso, ya que permitió ocupar los vacíos por medio de acciones, de gestos, de rutinas, de objetos… objetos que se acumulan y se desechan. Que van y vienen. Cada acción en el espacio genera un registro y una consecuencia. Esto nos lleva a pensar en el límite, la frontera, las formas en las que está configurado nuestro lenguaje y nuestras rutinas. Rutinas impuestas.

Javier Larreina convirtió su cubículo en un lugar de montaje y desmontaje permanente, un espacio de trabajo que generó cada día una composición nueva, cargada de rigurosidad en su despliegue, los materiales se alzaron como un lugar en obras, entre plásticos, puntales y poliestireno creó estructuras que comprimen el cuerpo al entrar y que lo hacen cada vez de forma diferente. Lo absorben. Un lugar en ruinas, en construcción, en demolición, en remodelación, el lugar es la práctica misma, el tiempo mismo, la obra misma.

Josune Grajales por su parte, reconstruye fragmentos de una memoria familiar que desde piezas textiles generadas por ella y mezcladas con telas de su propia abuela, crean una reflexión explícita en torno a la forma en la que se carga de significado objetos que se inscriben dentro de una tradición familiar o son heredados. Una pregunta por las diferentes formas de generar memoria familiar y prolongarla en el tiempo. Se dice que los objetos tienen memoria, pero, ¿dónde radica? Tal vez en el relato que los acompaña. Y ¿en qué momento dichos objetos pierden esta memoria? Con esta propuesta Grajales genera diferentes maneras de conectar con una historia íntima y hacerla pública desde la instalación.

Por último, y con un marcado interés por materiales como el vidrio, el metal y el yeso Ariana Ruiz de Azua propone diversas piezas en el espacio que remiten a sensaciones de fragilidad en contraste con sensaciones de pesadez y opresión, Ariana ubica el cuerpx como eje central de su propuesta, cuestionando los modelos y arquetipos predominantes. Fragilidad del cuerpx, pesades del cuepx oprimido que busca emancipación.

Hay una invitación a crear conexiones entre aspectos históricos y las características propias de dichos materiales, de sus contextos, de sus usos. De sus no usos. De su sobre producción. La artista propone que el cuepx está expuesto y se ve afectado en todo este proceso por un sistema capitalista que no funciona, pero que como diría Mark Fisher, de todas formas “es el futuro”. En este sentido el cuerpx como somateca debe ser cargado de nuevos discursos y reinterpretaciones. El neo-cuerpo.

Cada espacio propone una interacción diferente y genera sensaciones marcadas: un recorrido. El cuerpx del artista ocupa un papel fundamental (cuerpx que está presente siempre), pero también el cuerpo del espectador (otrxs cuerpxs). Entrar a cada cubículo es caer en arenas movedizas: entre más te muevas, más te adentras. Desplazarse por cada espacio es un gesto que da sentido a las piezas presentadas. Las reflexiones sobre lo repetitivo, las nuevas formas de asumir el concepto de cuerpx y la memoria familiar hacen que cada elemento y material utilizado dé cuenta de un proceso de exploración personal y trabajo colectivo.

Fuente: Zas Kultur